Fumar mata.
Nuestro protagonista bien lo sabe y es que, si hay algo que molesta, y mucho, a los no fumadores, es el humo y el olor que nuestro amigo gaseoso deja en ropa, paredes y estancias.
La mejor idea -o no- es construirse un salvoconducto en el que poder respirar aire fresco y puro (todo lo puro que saque el ventilador) para mantenerte alejado de esos malos humos. He aquí un ‘do it yourself’ de como salir del paso si eres de aquellos que no pueden con el humo del tabaco.
Publicar un comentario